Estas últimas semanas he recorrido bosques antiguos de Coihues, buscando. Así como estos hongos, el forrajeo es una actividad muy nutritiva; nos obliga a aminorar el paso, afinar la vista (algunos dicen que también el olfato) y hacerle caso a nuestro instinto. Requiere tiempo, y harta paciencia.
La Morchella es un hongo que crece asociado a las raíces de los árboles del género Nothofagus, y acá en la región se puede encontrar junto a Coihues y Lengas. Lo que ven en la foto de este correo es el "fruto" del micelio de la Morchella, o su parte reproductiva. Es altamente apetecida por los amantes de la buena cocina y bien difícil de observar.
No se si he fracasado en el intento de encontrarla porque la ventana de fructificación es muy corta o porque simplemente no la veo. Probablemente es más lo segundo. Y hay algo mágico ahí, me gusta pensar que es el hongo el que no se me quiere mostrar justamente para que vuelva más seguido al bosque.
En fin, por más que he buscado en el bosque, no la he encontrado pero si apareció en mi camino, de otra forma. Andrea, una amiga que vive a orillas del Río Puelo nos vino a dejar una buena provisión de Morchellas recolectadas por familias del valle de Cochamó para que podamos llevarlas a sus mesas.
Hay un trabajo largo de búsqueda, cuidado, secado y limpieza en cada uno de estos hongos. Creanme que valen la pena, el sabor y la textura que aportan a una buena pasta, es inigualable.
Les confieso que estoy emocionado de incluir Morchellas en sus pedidos, nos vemos en la repartija!
José Tomás de Vecinos.
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