Convencer a las personas de que cambien sus hábitos siempre es un desafío. Y la compra de alimentos semanal no se queda atrás. Por lo mismo, cada vez que perdemos a uno de nuestros clientes nos duele, nos duele mucho.
La semana pasada estuve llamando por teléfono a algunos de esos clientes que se nos fueron, sobre todo para aprender y mejorar. Entre varias sorpresas hubo una que me llamó la atención: “me fui porque sus papas me llegaron feas y viejas”.
Y me quedé pensando. Porque es cierto que las papas de la señora Ángela tienen tierra y a veces imperfecciones. Porque las cosecha en el verano y después las guarda en sacos, en una bodega oscura y seca.
La humedad favorece el crecimiento de moho y bacterias, los supermercados evitan esto en el mejor de los casos con máquinas de limpieza industrial, en el peor -y la mayoría- con químicos inhibidores de brotes y ceras que les dan brillo e impiden que tengan contacto con humedad. Además, descartan el 30-40% de las papas porque "no se ven bien". Nosotros no, porque sabemos que aunque feas, siguen ricas.
En fin, disponer de papas durante todo el año implica que no sean perfectas, pero eso ya lo sabía. Lo que no sabía es que podía perder un cliente por esto y ahora lo entiendo, es fácil decepcionarse cuando no vemos ni tocamos el alimento que estamos comprando. Por eso queremos ser muy claros con lo siguiente:
Todas las compras en Vecinos tienen garantía, es decir, si hay algún producto que no cumple con tus expectativas, avísanos, tratamos de solucionarlo y sino, te devolvemos la plata.
¿Por qué? Porque es lo más justo, y claro, porque no queremos perderte.